Cruzando de Colombia a Panamá en velero por el Mar Caribe.

Esta ha sido una de las experiencias más fascinantes de esta larga aventura al rededor del mundo. Para llegar a Panamá desde Colombia, sólo existen tres modos de hacerlo y ninguno de ellos es por carretera, pues no existe ninguna que una los dos países. Entre ellos existe una zona de selva muy densa, conocida como el Tapón del Darién, frecuentada por grupos armados y narcotraficantes.

Una de las opciones para llegar de Colombia a Panamá es en avión, aunque resulta costoso y no tiene emoción alguna. La segunda opción es llegar por carretera hasta Turbo y desde allí usar una lancha para llegar hasta Capurganá, donde se debe tomar otra lancha para cruzar al lado de Panamá. Esta sería la opción más económica, pero también la más pesada por el estado de las carreteras y el hecho de tener que tomar dos lanchas. Por último, la tercera opción es hacerlo en alguno de los muchos veleros que hacen la ruta de Cartagena a Panamá y viceversa. Es la opción más costosa, pero no mucho más que lo que te puede valer un vuelo y con diferencia es la que más me ha llamado la atención.

Normalmente todos los veleros que van en dirección a Panamá hacen una ruta de cinco días, de los cuales dos son de navegación en mar abierto y tres recorriendo alguna de las maravillosas islas del archipiélago de San Blas hasta finalizar en El Porvenir. Desde allí, tienes que coger una lancha para llegar a la costa Panameña y luego un bus con dirección a Panamá City. El coste de la lancha y el bus hasta Panamá City es de unos 50$ que tienes que añadirlos al trayecto del velero que ahora, en temporada alta, oscila entre los 500 y 550$.

Después de mucho preguntar, he encontrado la opción por la que finalmente me he decidido. Se trata del velero Maratonga, capitaneado por Humberto y acompañado de su esposa Karmeny y su hijo Nikolai como parte de la tripulación. En diferencia al resto de veleros, este hace una ruta de ocho días, con una primera parada en Zapsurro, en la frontera con Panamá, donde dejaremos a un pasajero y recogeremos a otros cuatro y finaliza en Portobelo, pasando unos días por alguna de las islas del archipiélago de San Blas, que se extienden a lo largo de la comarca indígena panameña de Kuna Yala, habitada por la etnia Guna y formada por 365 islas.

La diferencia de llegar a Portobelo es que desde allí ya puedes coger un bus con destino a Colón (1,20$) y luego otro con destino a Panama City (3,15$) sin desembolsar tanto dinero como desde El Porvenir. El trayecto total desde Portobelo a Panamá City es de unas tres horas.

Finalmente he cerrado el precio de la travesia en el velero en 550$, al mismo precio que el resto de veleros y haciendo tres días más de travesía. El precio incluye todas las dietas y gastos.

LA TRAVESIA

El día ocho de Enero zarpamos del puerto deportivo de Cartagena de Indias ya entrada la noche y nos dirigimos hacia Zapsurro. Estamos navegando un día y medio completo y llegamos por la mañana del día diez a este pequeño pueblo fronterizo con Panamá donde pasamos el día entero.

La primera noche abordo a sido dura, pues el mar estaba movido con olas de hasta cuatro metros de altura. Pero superada esta primera noche, el resto ha sido pan comido!

En Zapsurro desembarca uno de los pasajeros y recogemos a otros cuatro, siendo finalmente un total de once pasajeros más los tres integrantes de la tripulación.

Al entrar la noche zarpamos de nuevo con dirección al archipiélago de San Blas, donde llegamos a la mañana siguiente anclando en la Isla de Pinos. Pasamos de nuevo el día entero anclados y recorriendo esta isla. En el velero vamos con todas las camas ocupadas y la tripulación duerme en cubierta o haciendo acampada en alguna de las islas que visitamos.

El día doce por la mañana nos dirigimos hacia nuestro nuevo destino, Isla Monos, donde disfrutamos nuevamente de un día en esta pequeña maravillosa isla desierta, partiendo nuevamente a la mañana siguiente en dirección a Isla Puyadas.

Una vez anclados pasamos el día en la isla, mientras, el capitán compra varias langostas y centollos a una de las muchas barcas de indígenas que se acercan al velero cada vez que anclamos en alguna de las islas y por la noche hacemos a bordo una suculenta cena. Después, desembarcamos de nuevo e improvisamos una fiesta en la playa, amenizada con una fogata, ron, cervezas y música, hasta altas horas de la madrugada. Una velada fabulosa y divertidísima!

Como dato curioso, es increíble lo que la gente llega a tirar al mar y este devuelve a tierra, quedando acumulado en muchas de estas desiertas islas. Falta mucha conciencia en cuanto al cuidado del medio ambiente!

El día catorce llegamos a la Isla Sugardup, donde pasamos un relajado día tomando el sol y recuperándonos de la noche anterior. De camino se pueden divisar infinidad de maravillosas micro islas.

El día quince llegamos a la isla El Porvenir donde desembarcan tres de los pasajeros y donde hacemos una comida de despedida en tierra. Al atardecer el resto de pasajeros y la tripulación continuamos hasta nuestro destino final.

Navegamos durante toda la noche acompañados de una radiante luna llena y a primera hora de la mañana llegamos a Portobelo.

Después de despedirme de los pasajeros y de la tripulación, recorro el pequeño pueblo, una de las poblaciones más importantes de América durante la época colonial y puerto por el que pasó la mayoría de las riquezas que España embarcó hacia Europa procedentes de la conquista de la actual América del Sur.

Después cojo el bus con dirección a Colón y allí cambio de bus con destino a Panama City, donde pasaré unos días recorriendo la ciudad.

Pero esto ya os lo cuento en el próximo post. Hasta entonces, ser felices!